Para que su casa sea confortable y acogedora, es importante prestar atención a todos los elementos que la componen, incluso a los que no son perceptibles a simple vista, ya que forman parte del armazón de la casa, como los sistemas de fontanería y calefacción, para los que es bueno adoptar tuberías de cobre. Este material, utilizado desde la antigüedad, de hecho, garantiza un excelente rendimiento y requiere un mantenimiento limitado.
El cobre y sus características
Hoy en día, el cobre es uno de los materiales más utilizados para las tuberías, ya que es resistente y no cambia con el tiempo. De hecho, es capaz de soportar la presión y la acción de los agentes atmosféricos, pero también las altas temperaturas, de hecho, no está sujeto a las grietas. Además, se caracteriza por una gran actitud de unión, tanto para la soldadura como para el soldeo, que encuentra aplicaciones civiles e industriales. El cobre es dúctil y maleable, por lo que se presta a ser reparado y a asumir espesores muy reducidos.
Tiene una excelente conductividad eléctrica y térmica, superada sólo por la de la plata, así como longevidad y robustez. De hecho, resiste a los choques y a la corrosión, lo que se evita con la formación de una superficie de pátina, que inicialmente es de color marrón y con el paso del tiempo adquiere un color verde azulado más intenso. El cobre puede combinarse con otros materiales, dando lugar a numerosas aleaciones metálicas (unas 400), y tiene poder antimicrobiano, ya que es capaz de inhibir el crecimiento de microorganismos, a menudo perjudiciales para la salud humana. Por último, es ecosostenible, ya que puede ser reciclado constantemente, sin perder sus propiedades originales.
¿Por qué elegir tuberías de cobre?
El cobre, por lo tanto, es un material ideal para la construcción de tuberías de fontanería, ya que no altera la salubridad del agua potable y, al tener propiedades antibacterianas, impide la proliferación de virus, bacterias y hongos, responsables de enfermedades como la legionelosis. No es casualidad que en los hospitales, para proteger la salud de los necesitados, se instalen con frecuencia tuberías de cobre, que no liberan sustancias nocivas para el cuerpo, sino, posiblemente, cobre, que es un oligoelemento esencial para el bienestar del cuerpo, ya que contribuye al crecimiento de los huesos, al transporte de hierro y al desarrollo de los tejidos conjuntivos.
Además, las tuberías de cobre para los sistemas de fontanería no se deterioran y resisten con el tiempo, por lo que requieren poco mantenimiento y reemplazo. Sin embargo, en caso de averías, garantizan intervenciones fáciles y rápidas, ya que el cobre, aunque es un material resistente, es fácilmente maleable y tiene una excelente soldabilidad. Además del transporte de agua, el cobre también puede utilizarse para el gas, es decir, para los sistemas de calefacción. Hay una amplia gama de tuberías y accesorios de cobre, capaces de adaptarse a todo tipo de necesidades. Este material tiene una excelente capacidad de intercambio de calor, superior a la de todos los demás tipos de tuberías, lo que lo hace adecuado para la construcción de bobinas de paneles radiantes, colectores geotérmicos, termo-amuebladores y acondicionadores de aire.
La conductividad térmica del cobre es de 390 W(m*K), que es 1000 veces mayor que la de los materiales plásticos. Esto implica, por lo tanto, que las bobinas de cobre necesitan una longitud más corta, garantizando un ahorro considerable de dinero y energía en las bombas de circulación, pero también una reducción de las caídas de presión. Por último, es importante subrayar que los tubos de calefacción de cobre son 100% reciclables, lo que significa una reducción del impacto ambiental, tanto en la producción como en la eliminación.