Espesor reducido, pavimento liviano y alto rendimiento energético: averigüe más sobre el suelo radiante seco.
El sistema de calefacción radiante es un sistema cada vez más utilizado y extendido en España. Es una tecnología innovadora que permite ahorrar considerablemente, gracias a la difusión del calor por radiación del suelo.
Aunque se conoce desde los años 50 y 60, este sistema ha evolucionado completamente, gracias al uso de nuevos materiales y técnicas que han mejorado su funcionamiento. A diferencia del pasado, ahora permite obtener una temperatura más constante y agradable en el hogar, para pasar las estaciones frías con el máximo confort.
Qué es un suelo radiante seco
El suelo radiante seco consiste en una serie de tubos dispuestos bajo el suelo. Se colocan paneles aislantes, a menudo de poliuretano, sobre ellos. Además, se pegan listones de aluminio en la superficie de los paneles, que tienen la forma de contener la tubería y permitir que el calor se distribuya uniformemente de abajo a arriba.
Este sistema de calefacción no ocupa ningún espacio, ya que su espesor es muy pequeño y al mismo tiempo, capaz de soportar cargas pesadas. Con unos pocos milímetros de grosor, tendrá un suelo radiante con un excelente rendimiento.
Cómo funciona el suelo radiante
La fuente de calor, incrustada en el pavimento, se distribuye de abajo a arriba, ya que se generan dos zonas (el suelo y el techo) de la misma habitación, pero a temperaturas diferentes. Esta diferencia térmica entre el suelo y el techo crea un movimiento ascendente de aire caliente y, viceversa, un movimiento descendente de aire frío.
Al principio el volumen de aire frío será mayor que el de aire caliente y, en consecuencia, tendrá un mayor gasto de energía. Gracias a la fuerza del suelo radiante, el volumen de aire caliente aumentará gradualmente y el flujo descendente, como resultado, encontrará cada vez más resistencia. Por lo tanto, este sistema de calefacción alcanzará la máxima eficiencia con un mínimo gasto de energía.
Entre las muchas ventajas del suelo radiante seco, además de la difusión homogénea del calor, existe la posibilidad de funcionar incluso con temperaturas de agua bajas, a diferencia del método tradicional de calentamiento de calderas. El agua, de hecho, puede permanecer entre 30˚ y 40˚C, en comparación con la que proporcionan los sistemas de radiadores que pueden llegar hasta 70˚C.
Dónde instalar el suelo radiante seco y cuánto cuesta
La instalación del sistema de calefacción en seco puede realizarse en cualquier contexto arquitectónico, ya sea nuevo o existente. En lo que se refiere, en particular, a los edificios que necesitan ser renovados, puede instalarse en los entresuelos o en los pisos existentes.
Para la realización de un sistema de calefacción con un suelo radiante clásico es necesario tener un suelo de al menos 15 cm de espesor. El pavimento que se colocará encima será muy ligero (tiene unos 3 a 5 cm de altura). La ventaja del suelo radiante seco es, en cambio, la posibilidad de poder posicionarlo incluso en ausencia del espesor necesario, ya que permite eliminar el tamaño de los centímetros del pavimento.
El coste varía, más que nada, según el grosor de los paneles radiantes. Puede oscilar entre 50 euros por metro cuadrado, hasta precios superiores a 100 euros, especialmente si se prefieren paneles radiantes ultrafinos. Si es necesario aislar acústicamente la habitación o si se prefiere comprar materiales respetuosos con el medio ambiente, los precios pueden aumentar aún más.
El mejor consejo es pedir una estimación para evaluar mejor el costo por metro cuadrado del suelo radiante seco. De hecho, es necesaria la intervención de un técnico especializado, que hará la estimación correcta de cuál es el mejor suelo radiante para su casa.