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Radiadores de hierro fundido y caldera de condensación: ¿Es posible?

¿Necesitas reemplazar la caldera y tienes radiadores de hierro fundido? ¿Te preguntas si la caldera de condensación es la elección correcta?

Y así, también este año, llegamos a las puertas del período invernal y sus rigores, que nos obligan a parecer muñecos de nieve fuera de la casa y a pegarnos a nuestros buenos y viejos radiadores de hierro fundido dentro: a nadie le gusta quedarse en el frío, después de todo, y con la proximidad de las vacaciones de Navidad no hay nada peor que quedarse sin calefacción.

Sería prudente por nuestra parte comprobar en qué condiciones está nuestra caldera, y si está funcionando mal, reemplazarla lo antes posible.

Reemplazarlo, sí – pero con qué modelos, y cómo sabemos que son los correctos?

Muchas personas deciden optar por la caldera de condensación, porque es el modelo más avanzado tecnológicamente, que garantiza una alta eficiencia energética y un bajo consumo, pero ¿estamos seguros de que es la elección correcta?

Características de la caldera de condensación

Las calderas de condensación toman su nombre del principio según el cual funcionan, es decir, utilizar la condensación de los gases de combustión para calentar en lugar de basarse únicamente en la combustión:

  • la presencia de un intercambiador (un dispositivo situado a la salida de los humos que, al enfriarlos y condensarlos, permite reutilizarlos para producir calor);
  • el uso de materiales especiales para calderas (para resistir el pH ligeramente ácido producido por el proceso de condensación, que de otro modo dañaría el aparato);
  • una superficie de intercambio de calor que permite que la condensación fluya hacia el neutralizador y/o las aguas residuales
  • y el ventilador eléctrico, que expulsa los productos de la combustión hacia la llamada «chimenea» además de tomar aire del exterior.

Todos estos elementos permiten que la caldera de condensación sea más eficiente tanto eléctrica (y por lo tanto económica) como térmicamente, ya que parte del metano utilizado en la combustión no sólo termina quemándose y desperdiciándose sino que se recupera para generar más calor, en papel y en condiciones óptimas.

El hecho es que las calderas de condensación también deben tener en cuenta un trío de factores que son fundamentales para funcionar de manera óptima:

  • la temperatura exterior (cuanto más baja es la temperatura exterior, más bajo es el umbral de arranque de la caldera)
  • el grado de aislamiento térmico de la casa (cuanto más bajo es el aislamiento, más alta es la temperatura del agua)
  • los radiadores del sistema (cuanto mayor sea la capacidad de liberar calor, menor será la temperatura requerida)

Calderas de condensación de hierro fundido para radiadores: ¿sí o no?

Esta propiedad de los radiadores se denomina «inercia«, y es esta propiedad la que hace que los radiadores de hierro fundido sean indeseables para las calderas de condensación: se trata de una aleación con una inercia muy alta, lo que significa que tardan mucho tiempo tanto en recoger el calor como en transmitirlo, y el proceso utilizado por estas calderas tiende a ser rápido (y a producir calor «innecesariamente», por lo tanto).

Una excepción a este principio es cuando la casa está bien aislada, lo que permitiría mantener el «exceso» de calor en circulación de todos modos.

Conclusiones

A la luz de todo esto, por lo tanto, podemos decir que lo mejor para nuestros radiadores de hierro fundido es muy probablemente una nueva caldera convencional: por muy eficientes que sean los competidores, a menos que se viva en una casa bien aislada, el hecho de tener radiadores incapaces de explotar sus ventajas anula casi totalmente su utilidad.

Pida la opinión de un profesional experimentado y encuentre la solución que mejor se adapte a sus necesidades.